Pero… ¿de dónde vienen los buñuelos?

Los buñuelos de viento son un postre esponjoso típico de la Cuaresma que puede ir relleno de alguna crema. Aunque aquí nos encantan tal cual, con azúcar y anís.

Son una receta tradicional de Semana Santa y lo que los hace especiales son las manos expertas que los elaboran y el cariño y mimo con el que se hacen. ¿Os gustan aromatizados con anís o los preferís sin?

Un poco de historia:

El origen de la palabra buñuelo es un poco controvertido, porque si bien para unos derivan de «puñuelo», una especie de bolas que los romanos amasaban con los puños, otros creen que procede del francés «beignet», que significa «bulto, protuberancia».

No obstante, todo apunta a que el origen del buñuelo es árabe y data del siglo XI. Se cree que surgieron en Almogía, un pueblo de Málaga. La primera versión escrita con el nombre de “buñuelos” se encuentra en el recetario del jefe de cocina del rey Felipe II, Francisco Martínez, quien publicó el libro titulado “Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería” en el siglo XVI. Es desde esa época que se tiene registro de la tradicional receta de los buñuelos de viento.

Hay quién los prefiere únicamente inflados y bien esponjosos (como nosotros en Sweet Annie), espolvoreados con azúcar y/o canela, pero también quien los prefiere rellenos con crema pastelera, de limón, de frambuesa, frutos rojos e incluso con chocolate.

¿Habéis probado ya los buñuelos SIN gluten con harina de chufa? No os dejarán indiferentes.

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